Hay que estar feliz de ver La Zarzuela llena. Hay que estar feliz de comprobar que el turf es capaz de enganchar en una ciudad como Madrid. Hay que reconocer que el Family Day es una buena idea. Hay que brindar, que estamos en Navidad. Pero, y siempre hay que ponerlos, escribir una crónica desde la atalaya de lo estricto, por lo que se vivió en la pista, es más difícil que enganchar a un nuevo aficionado al curling en la playa de Copacabana. Valga la broma porque en el Family Day lo importante no estuvo en la fibra, sino en el ambiente que se generó en el hipódromo. Por cierto, sé que habrá excusas y cuentos chinos, pero ¿cuántos padres y abuelos haciendo la cola de los ponis y los castillos hinchables o perritos calientes o en el mercadillo no podían ver lo que sucedía en la pista? No me engancho en mis cosas, pero por favor las atracciones donde puedan verse los caballos. Es de sentido común y ocurre en la mayoría de los hipódromos.
Tampoco hubo demasiada gente que se enganchara a ver el homenaje que los jockeys brindaron a Janacek por ganar, de momento, 82 carreras en el año. Fue antes de la segunda prueba y cuando en el ambiente ya flotaba la noticia de que Maritcha Ruiz Mateos abandonaba la presidencia del Hipódromo. Una vez más, y eso la honra, cedió el protagonismo en ese su último acto oficial al Director General del Hipódromo, Álvaro Gutiérrez de la Fuente que se encargó de dar una placa al jockey checo después del pasillo que le hicieron sus compañeros. Maritcha sí estuvo en la foto con los jockeys y con el triunfador del año. Como también quiso estar José Luis Martínez, que apareció en la foto, en un gesto que no pasó desapercibido para los que estábamos viendo el homenaje. Sencillo, pero merecido. Eso sí en la intimidad de los aficionados, que fuimos en la fría mañana del día de los Inocentes a ver las cinco carreras que nos deparaba el programa. Hay gente para todo. También celebramos el Family Day los ‘frikis’ de siempre. Alguna vez lo valorarán. Pero es la segunda vez que no quiero engancharme en mis cosas.
Ya en ese momento, Álvaro Sainz nos había dejado claro que por algo ha sido el mejor gentleman de 2023. A pesar de recargarle tres kilos a Orbayo (Mastercraftsman) ganó con suficiencia la primera carrera de la reunión. El veterano caballo de la cuadra Las Aguilas recuperó su mejor versión y tiró de recursos en la recta, después de que Hazy Eye (Expert Eye) imprimiera un ritmo suicida a la prueba, que lo terminaron pagando casi todos. Aarash (Nelson Groom) y As de Oros (Rajsaman), que corrieron a contra estilo, remataron para escoltar en el poste al de Alberto Carrasco.
Sin tiempo de continuidad, y tras el ya comentado homenaje por superar el récord de victorias de Archibald, nos sorprendimos con lo mejor de la mañana y con una victoria de las que hay que acordarse. Y que, además, emuló a la vivida el pasado año en esta misma prueba con Quick Reflex (Arrogate). Si en aquella ocasión el potro de Centurión nos dejó con la boca abierta, esta vez fue Viesgo (Harry Angel) el que hizo lo propio. Con los colores de la cuadra Bering puso de acuerdo a los dos representantes del patio de Óscar Anaya, West of Wichita (Sioux Nation) y Assembly Call (Soldier’s Call) que fueron los únicos que pudieron plantar batalla al de Patrick Olave. Buena monta de Nico de Julián sin usar la fusta y estando listo en la curva cuando el paso de Lolita’s Plan (Plantagenet) para sus compañeros de patio podía haberle puesto en algún problema. Los doce cuerpos que separaron en meta al tercer y al cuarto clasificado ponen en valor de la calidad de los tres primeros, especialmente del ganador.
Con ver a Viesgo ya había compensado acudir al hipódromo. Incluso aguantar que no funcionaran totalizadores o que estuvieran cerradas muchas taquillas de apuestas o que incluso alguno confundiera la grada con la mesa de Nochebuena poniéndose tibio a la vez que gritaba el número de su caballo. Todo es perdonable. Hasta la insulsa tercera carrera, que nos deparó el buen hacer de Janácek. Se puso en punta con Oliva (Charm Spirit) y a su grupa llevó a Lady Mcqueen (Estidhkaar) con Denisa Sikorová. Y así pasaron los metros, hasta que en la recta el checo comprobó que no siempre se puede salir con la suya. Denisa tenía bien aprendida la lección y cuando, en el mano a mano, lanzó a la yegua de Alberto Carrasco, Janacek tuvo que volverse a encontrar con ser el primero de los perdedores. Nuevo segundo puesto y seguía sin llegar la 83.
Y es que tampoco lo hizo en la cuarta del día. Su última oportunidad. Montaba al gran favorito Canarión (Elzaam). Pero esta vez, Óscar Anaya había repartido mejores cartas a Nico Valle. El jockey del patio se hacía a las riendas de Charming Look (Charming Thought) y la yegua de Reza Pazooki no tenía ganas de ceder galones. En la recta dominó a su compañero de patio, entrando en gemela por delante de Belador (Kingston Hill), al que llevaron demasiado en conserva por temor al ritmo que impuso desde salida Blue Moon Eyes (Lightning Moon), a la que la recta se le hizo eterna. Tercer segundo puesto para Janacek y primer triunfo de la mañana para Óscar Anaya en la carrera que tanta ilusión le hacía ganar, Fundación Real Madrid. Hay cosas que se preparan a conciencia. Y, algunas veces, hasta salen bien.
Y hablando de preparaciones, la de Headhunther (Style Vendome) tampoco fue mala en Pau. Le llevaron al tordo de Palco 7 a perfilar forma a Francia y no falló después en su cita con la arena madrileña. Además, en las riendas tuvo, en las dos ocasiones, a Lucie Castillon, que tiene mucho mérito. Primero porque supo controlar el ritmo suicida de carrera y después porque midió para ganar sin descomponerse una carrera que, al formar gemela con Baba Karam (Bated Breath), hizo feliz a todo el Hipódromo que comprobó que también ganan los favoritos. Hay que pasar por taquilla para ser feliz. La lástima, que tendremos que esperar tres meses para volver a serlo. Además, nos encontraremos con un nuevo presidente. El cuarto en demasiado poco tiempo.
Autor: Alberto Martín
Fotos: Salva Maroto.