Decían los antiguos comerciales que no hay mejor motivación que dar rienda suelta a la fábula del palo y la zanahoria. Estimular con un premio y avanzar a base de golpes. Ahora, en tiempos de cambio climático y agenda 2030, eso ha quedado más obsoleto que el anuncio de Grecian 2000. No se estila. Y en nuestro turf los fustazos están ahora más que nunca de plena actualidad. Soy partidario del uso del látigo en las carreras, vaya por delante, porque los caballos pura sangre son animales hechos para correr y además hay veces en los que se hace necesario corregir su comportamiento para evitar males mayores.
No voy a escribir según el libro lo que es nueva tendencia en la actualidad de reducir el uso de la fusta, pero Murphy se entretiene tanto con las cosas que pasan por el Hipódromo que era necesario esta introducción para poder hablar de lo que nos ha dejado el Benítez de Lugo y el triunfo de Inés (Camelot) con el eterno José Luis Martínez.
Que José Luis Martinez haya tenido que usar la fusta hasta en diez ocasiones para ganar por la mínima a algunos les molestará. No seamos papistas. Lo decimos y tengamos en cuenta el trabajo que hay detrás de este triunfo. Quizá sea de los últimos grandes triounfos de nuestro Carudel del siglo XXI. 52 años y muchas victorias le contemplan. Una más estamos contando. Merecida por más que en la foto no se encontró con sus habituales Ricardo Sousa y Borja Fayos. Ambos son los jockeys habituales de Hardpia (Cityscape) y Super Trip (Triple Threat), pero están sancionados por el uso de la fusta. Dicho y hecho. Rápidamente en redes sociales se abrió el debate sobre lo que implica el uso de la fusta. Beneficios o perjuicios. Ganar o perder. Éxito o fracaso.
Hay opiniones. La mía es que tienen que existir sanciones proporcionadas con la acción punible. Que no es lo mismo cinco que seis, ni seis que diez. Pero lo que se ha disfrutado con la recta del Benítez de Lugo ha sido mucho, pero que más hubiera sido quizá con todos en acción.
Inés había debutado en el año batiendo a Djala en 1.600 en lo que parecía su mejor distancia. Ver a Navia (Lope de Vega) salir en punta, aunque el ritmo no era muy elevado, tampoco parecía la mejor de las señales para la yegua de Mediterráneo, pero la calidad y las manos de Martínez en el recorrido fueron determinantes. Sabedor de su remate aprovechó la calidad de la yegua y esta vez le sonrío la suerte.
Hardpia, hasta ahora intratable entre las yeguas, fue la primera en presentar su ataque. Luchó como ella acostumbra y volvió al ser sobrepasada por Super Trip, pero desde la grada nunca se la vio ganadora porque su salto a doscientos metros parecía insuficiente para el remate prolongado de Super Trip. La de Tsereteli echó de menos la motivación de su compañero de fatigas. Es indudable. Tampoco hay que poner peros a Raúl Ramos. Correcto, pero Hardpia es de las que te piden una máxima exigencia y quizá un mayor conocimiento de lo que es capaz de ofrecerte.
Super Trip, a sus tres años, saltó con menos fuerza que en el OAKS pero con la continuidad de las mejores. Julia Zambudio, en su primera gran lucha en Madrid en un Gran Premio, también fue superada en meta, pero tampoco se puede poner pero a la jockey cántabra. Al contrario. No ganó pero sí sacó el carnet de Jockey. Sin descargo, sin ventajas más a allá de las que le ofrece su indudable talento. Pudo ganar y peleó con fuerza por ello. Pero Martínez e Inés lo impidieron. Con nombre de mujer se ganó este Benítez de Lugo. Con el carnet de Jockey Martínez da licencia a Julia Zambudio en una gemela que se repetirá poco en los Grandes Premios pero que puede marcar un antes y un después. Al tiempo. Y eso es más importante que los palos. Es la zanahoria que ansiamos los aficionados. Encontrarnos con un cambio generacional que, por vez primera, pueda protagonizar una mujer. Julia Zambudio tiene todo en su mano. Nosotros sólo tenemos el tiempo para verlo y sin el ansia de anticiparlo. Porque todo tiene que tener sus tiempos. Y el de Martínez ya lo hemos disfrutado. Inés ha sido una última bala. Quizá el de Julia esté por venir.
Lo que está claro es que este Benítez de Lugo tiene y tendrá muchas lecturas. Quedémonos con lo espectacular de una carrera de yeguas y Jockeys. De pasado, presente y futuro. Historias que hacen del turf algo tan maravilloso como que siempre podrán existir opiniones pero un solo resultado. Ganó Inés, segunda Super Trip, tercera Hardpia. Ganó Martínez. Celebró Arizkorreta, que necesitaba ganar porque también está la lectura del duelo que se prevé de preparadores para la estadística. Ganó Mediterráneo, una cuadra que invierte dinero y esfuerzo en nuestro turf en diferentes preparaciones. Y quién menos ganó fue el público porque no sé si muchos lo disfrutarán en Movistar pero en el Hipódromo eramos cuatro y muchos con necesidad de Grecian 2000 y sin entender la Agenda 2030. Somos viejos y cascarrabias.
Autor: Alberto Martín. Foto: Salva Maroto (Hipódromo de la Zarzuela).