Chevalier Cathare (Sea The Moon) y Media Storm (Night of Thunder) son los dos ganadores de los Grandes Premios Intergeneracionales disputados en la temporada de otoño en La Zarzuela. Dos caballos adjudicados en sendos reclamares franceses. The Way of Bonnie (Thewayyouare), ganador de la Copa de Oro, también comprado este año bajo la misma fórmula. Chevalier Cathare y The Way of Bonnie recibieron líneas de admiración hacia el buen tino de sus responsables tras sus victorias. Ponían en valor lo acertado de la compra, lo bueno que es el verles competir en nuestro Hipódromo y demás peloteos que tanto gustan al resultadismo patrio. Me temo que sobre Media Storm no será lo mismo después de adjudicarse ayer el Gran Premio Román Martín. Toca resignarse a la gloriosa incertidumbre del turf. Y esperar a ver qué ocurre.
Reconozco que he tardado 24 horas en ponerme a escribir sobre la carrera, entre otras cosas por asimilarlo, entenderlo y explicarlo. No pido yo nada ¿verdad? Tres cosas que son más complicadas que el Misterio de la Santísima Trinidad. Es lo que tenemos. Al lío.
Con una generación de tres años decepcionante y unos viejos muy corridos, disputar un Gran Premio en la distancia de 2.000 metros te da pie a la posible sorpresa. Al todo puede valer. Final de año, estado de forma, pista movida. Resultado imprevisible.
Media Storm venía de correr por vez primera para sus responsables en Mont de Marsan. En esa carrera, bajo la monta de Borja Fayos, y en 1.900 pidió algún metro más. Lógico, todas su carreras tanto en Inglaterra como en Francia habían sido casi siempre por encima de los dos kilómetros. Gaspar Vaz algo le vería para correrlo en menos metros, aunque su única victoria hasta la fecha había sido en su debut en la arena de Wolverhampton en 1.900 metros. ¿Eso justifica pasar de un valor consolidado francés de 32,5 a superar a caballos cercanos al 40? Tendremos que pensar que sí. Incluso dar por bueno que tuvo un 85 de valor en Inglaterra, cuando fue adjudicado en pistas de fibra. Aunque aquí todo vale para el buenismo imperante. Lo van a ver y leer.
Reconozco que lo primero que vi de Media Storm en la carrera fue su galope en la recta de enfrente, al ver como Fonseca se empeñaba en no dejar pasar cómodo a The Game (The Gurkha) pensé «¿quién es ese que va por dentro?». Ah coño, el portugués. Luego cuando saltó al culo de Ring Cycle (Norse Dancer) por la calle 2 ya sí parecía una amenaza porque en 200 metros se puso primero y era el caballo que tenía más fuerza. Chevalier Cathare, por el centro de la pista, ya había entregado la cuchara y el remate de Tarantela (Camelot) no tenía la consistencia y fijeza suficiente para evitar que Media Storm alcanzara el poste de llegada con solvencia. Tanta que Fonseca, su improvisado jockey ante la baja de última hora de Revolte, se levantó a treinta metros en señal de victoria.
¿Qué nos queda por ver de Media Storm? No vamos de adivinos. Pero resulta que tras entenderlo, asimilarlo y explicarlo veo al caballo regresar cojo a balanzas. No puedo aplaudirlo. Tengo las manos en la cabeza. En un hipódromo donde ya da igual ocho que ochenta porque han arrinconado al aficionado, el paseillo dice más que la propia carrera. Les invito a verlo en twitter y comprobarlo. Eso ya ni lo explico ni lo asimilo ni lo entiendo. Me tomaré más tiempo.
Autor: Alberton Martín. Fotografía: Salva Maroto – Hipódromo de la Zarzuela.