José Luis Martínez: «Vamos a seguir soñando»

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Este 6 de enero no fue un Día de Reyes al uso, de hecho la explosión de júbilo, habitual al despertar, se prolongó hasta bien entrada la tarde (17.55 horario peninsular). Fue entonces cuando Rodaballo (Lope de Vega), José Luis Martínez y Guillermo Arizkorreta emularon a Gaspar, Melchor y Baltasar para ofrecernos una de esas páginas que ya han quedado grabadas para la eternidad de nuestro deporte. El de Pata Negra Racing se presentaba en el prestigioso ‘Carnaval’ de Dubái como uno de los dos caballos menos jugados de los quince aspirantes a la victoria en el Al Fahidi Fort (Grupo 2, 1400 metros) con un dividendo de 80/1, pero con su remate en el último furlong fue el único capaz de hacer sombra, pese a terminar en la quinta plaza, al Godolphin Suhail (Dubawi), que estableció un nuevo récord de la pista (1’21″59).

«Para mí era importante hacerlo bien. Por los propietarios, por el equipo, por el año que llevaba Rodaballo… Siempre hemos creído que es un caballazo y desde enero hasta agosto no tuvo un año fácil. Se ha superado a sí mismo y cuando él está bien es una máquina», comenta Martínez, que a sus 52 años mira fijamente, desde su habitación del hotel, la pista en la que tan sólo unas horas antes se disputó la carrera, como ese niño al que es imposible despojar de su regalo más preciado en una día lleno de magia.

Un regalo, el que brindaron a la afición, que pudo ser aún mayor si no llegan a encontrarse con un muro que permaneció infranqueable hasta el poste de los 200. Una estrategia cuestionada por algunos y aplaudida mayoritariamente por el resto. «Con el cajón que teníamos no podíamos regalar ningún esfuerzo. 1400 metros, Grupo 2… Hay que ser muy conscientes de lo que estábamos corriendo. Para ver el nivel del caballo teníamos que ser conservadores«, advierte. «Corrimos como teníamos planteado. Es cierto que pensábamos que sería una carrera menos numerosa, pero cuando vimos el partant y nos tocó el cajón 12 lo tuvimos claro. Independientemente de eso, Rodaballo es un caballo al que le gusta correr atrás, tapado. Lo que si queríamos era salir bien, porque los 1400 en Dubái se corren de salida, y luego montarle a robar y no hacer para ello ningún exceso durante el recorrido», añade.

El nueve veces campeón de la estadística española era consciente del gusto por correr delante del favorito, Noble Truth (Kingman), otro Godolphin que estaba a su lado, «muy nervioso». Además, había otros dos o tres caballos punteros, lo que reforzaba su planteamiento. «Teníamos claro el no hacer ningún esfuerzo extra durante el recorrido y jugárnoslo en los últimos metros, que es la mejor virtud de Rodaballo, su final. Siempre le he dicho a Guillermo (Arizkorreta) que cuanto más le espero, más cambio de ritmo tiene. ¿Qué ha ocurrido? A mitad de curva, cuando James Doyle viene detrás mío, por la calle cuatro, veo claramente como al entrar en la recta final él se va hacia el exterior. Ha sido una maniobra muy inteligente, pero no he dudado en mantenerme donde estaba, ¿por qué? porque en el carril en el que yo me encontraba, el uno, si hago la misma maniobra, a la entrada de la recta como él, habría sido demasiado agresiva e incluso hasta contraproducente para mi caballo porque ha sido justo en el codo. A partir de ahí me la he jugado por dentro. Tenía a Shelir (Dark Angel), que he visto que iba muy fácil, se ha ido abriendo paso y he ido siguiendo su estala hasta que he encontrado un hueco para el mío. Es cierto que ha sido un poco tarde, pero me ha dejado una sensación espectacular. Ha llegado a la meta con muchísimo gas. No he tenido tiempo ni de sacar el látigo, primero porque no tenía sitio, y cuando lo he tenido y le he tocado ha sido el Rodaballo que todos conocemos y ha hecho un cambio de ritmo que yo pensé que habíamos alcanzado el cuarto puesto. Realmente me ha sobrado la fusta. Estamos todos muy contentos, aunque a mí, como jockey, me queda el sabor agridulce de no haber tenido un poquito más de fortuna, pero la carrera vino así«.

El mejor Rodaballo

El cambio de ritmo que nos ha vuelto a ofrecer el flamante vencedor del Antonio Blasco es la llave que abre la puerta a nuevos retos en Oriente Medio, ya sea en el propio ‘Carnaval’ o en el meeting de la Saudi Cup, en el que también está matriculado (1351 Turf Sprint, Grupo 3).

«Ha sido todo un acierto correr esta carrera. He notado mucho mejor de movimiento a Rodaballo porque, aunque lleve muy poquito tiempo, las pistas y sobre todo los caminos, que lamentablemente no tenemos los mejores en España, y sufre mucho de los cascos como sabéis, son más suaves. La de Meydan tiene un grado de humedad muy bueno para evitar que se queme. Hoy levantaba, a lo mejor no se ha apreciado por televisión pero he llegado con el casco y las botas con barro. No estaba pesada, ni muchísimo menos, pero es una pista muy suave, con una hierba muy alta, muy tupida, que hace que amortigüe, y es cierto que para Rodaballo eso es maravilloso. En el recorrido le he notado mejor que nunca. Iba muy cómodo. En pistas excesivamente duras como la de Baden-Baden le cuesta seguir el paso«.


La felicidad de ‘Magic’

Ganador con Kachgai (2009) y Plantagenet (2012) en Dubái, ha vuelto a ser el de las grandes ocasiones. «He disfrutado mucho. Me encuentro muy a gusto en estos sitios, me da mucha tranquilidad, mucha seguridad… Siempre me ha ocurrido. Podría decir que mis mejores montas han sido fuera. Es cierto que muchas veces no obtienes el mejor resultado, pero me siento jockey. Es lo que he buscado siempre: Aprender y enfrentarme a los mejores», afirma consciente de estar dando sus últimos ‘pasos de baile’, precisamente por eso quiera hacer partícipe del mismo a tanta gente. «Hoy cuando estuve con Charlie Appleby le dije con mi inglés del Rastro ‘cuídame a Óscar que es mi mejor amigo'», no es el único, también hace referencia a «aficionados, parejas, mi gente, mi familia…», pero Urbina es especial. «Es mi mejor amigo, le quiero un montón y le admiro muchísimo, para mí ha sido un referente. Es de los mejores jockeys que he visto en mi vida. En su esencia era estratosférico», nos cuenta emocionado. Relaciones y vínculos humanos que también se escriben en ‘negrita’ como las que comparte con todos los miembros de Pata Negra Racing, Roberto Whyte al frente, o Guillermo Arizkorreta. «Lo que estoy viviendo con los propietarios es muy especial, con Guillermo hemos tenido también una cercanía jockey y entrenador muy bonita», afirma antes de reivindicar la faceta deportiva. «Hemos llegado hasta aquí por merítos propios, he hecho lo que quería hacer y he disfrutado mucho la carrera. Se me ha hecho corta…»

Es feliz y lo transmite, dentro y fuera de la pista. No puede ocultarlo, ni creo que lo intente. Cuando hablas con él no puedes evitar admirar su entusiasmo y optimismo y, sobre todo, la capacidad de transmitirte sus buenas vibraciones y hacerte sentir mejor, porque como José Luis Martínez dice: «Vamos a seguir soñando”.