Maracay (Ruler of The World) es lo mejor que le ha ocurrido a la cría Nacional en los últimos años. Y lo ha demostrado una vez mas con su victoria sin paliativos en el Gran Premio Nacional. No fue su mejor actuación en Madrid, pero la hija de Miss Gran Canaria cumplió con mucha facilidad el guión que le situaba como única posible ganadora de la carrera más longeva de nuestro calendario. Una prueba maltratada en el mes de noviembre y que sólo salvó su presencia. Hay cosas y carreras que, por más que se empeñen en maltratar, sobreviven porque su propia historia siempre sale al rescate.
Hace un mes escribía acerca de la importancia de recuperar las Clásicas y con ello el Gran Premio Nacional. Hablaba de que Maracay había sido lo mejor del año entre la edad Clásica, pero que sus líneas se escribían actualmente en francés pese a lo jugoso de la bolsa del Gran Premio. En aquel momento había sido retirada de un Listed en Francia y posteriormente corrió otro en Longchamp, donde firmó su peor actuación del año. Parecía agotada. Etapa finalizada con Delcher, donde se quedó al no fraguarse una compra que ya estaba hecha para irse a USA, y vuelta a Madrid a correr el Nacional. Tanta premeditación en su calendario levantó sospechas entre los que buscamos (me incluyo en ocasiones) tres y cuatro pies al gato antes de dar un ganador. Pero este Gran Premio Nacional era suyo. Sólo suyo. A tres patas. Al estilo Great Prospector. O como se quiera.
Y lo fue. Y eso que antes de la carrera recibí un whatsapp advirtiéndome de que si iban con Belador (Kingston Hill). Qué me fijara en su aspecto en el paddock. Qué si no era la misma. Y no lo fue. Algo de razón tenían. No le hizo falta. Lo dicho. Ganó como quiso. Yendo más en carrera. Sin apretarla en la recta. Mirando hacia atrás Borja Fayos, antes de pedirla a falta de 350 metros, dejando detrás suyo al resto luchando por una plata muy bien remunerada. No bajó nunca la cabeza. Parecía pedir descanso. No obstante, era tan superior que la meta le esperaba para reconocerle méritos y honores. Aquellos que nos cuesta dar a lo nuestro. Aquellos que escaqueamos cuando los caballos no se visten con las mejores galas desde su patio. Aquellos que merece Maracay desde su Opcional hasta su Nacional. De marzo a noviembre. Eso sí que es una paliza. Y siempre respondiendo.
Desde Teresa no teníamos una yegua con tan alto valor, pero es verdad que a la de Alfonso Núñez le ha costado ser reconocida en nuestro Turf. Curioso pero cierto. Reto a ver desde su victoria, hoy hace un año, en la Copa de Criadores de 2020, todas y cada una de sus carreras en La Zarzuela para que comprobéis que la hija de Miss Gran Canaria nunca, hasta hoy, había salido como favorita a la pista. Desclasó el año pasado, en una pista parecida, a Ideal y a Giannina en su primer triunfo en Madrid. En el Opcional, con el favoritismo de Speedful, pasó de última a primera en su primera victoria con Borja Fayos a su grupa. Más tarde el Valderas donde pasó por encima de las cinco representantes del patio de Arizkorreta y luego en el OAKS, en el que se temía por la distancia y por las opciones de Copita de Cava (Lightning Moon). Todo ello no acabó con Maracay. La hizo más grande. En cada carrera en Madrid una exhibición diferente y un triunfo. La Zarzuela se le había quedado pequeña. Alfonso Núñez la puso en el escaparate. Tanto es así que la llevó a Francia e incluso estuvo a punto de venderla tras conseguir la negrita en su primer Listed. Luego un tercer puesto para confirmar su valor francés y una última muy extraña con peor puesto en meta que recorrido. Pero eso ya es historia. Como las veces que ha ganado sin ser favorita. Desde este domingo nadie le quita a Maracay ser lo mejor que ha ocurrido en nuestro turf en este 2021. Pese a quien le pese. Tras ella, el vacío. ¿Quién quedó segundo? Léanlo en otro sitio.
Autor: Alberto Martín – Foto: Salva Maroto / Hipódromo de la Zarzuela